Las culturas prehispánicas interpretaban un eclipse solar como una tragedia para la vida en la tierra, pues creían que el sol era devorado por las xulab, unas hormigas míticas, devoraban al Sol y a la Luna cuando tenía lugar un eclipse fue cambiando por la idea de que, en realidad, era un ser maligno, tal vez el mismísimo diablo o kakaz-baal (diablo en maya), el que intentaba engullir a estos cuerpos celestes.
La cosmovisión maya de los eclipses solares convirtió estos acontecimientos celestes, que los astrónomos mayas aprendieron a predecir, en algo terrorífico. Documentados en varios códices, en especial en el de Dresde, los eclipses solares eran interpretados por este pueblo como el momento en que un ser maléfico devoraba al Sol, el astro dador de vida.
Durante mucho tiempo, en la península del Yucatán existieron todo tipo de creencias místicas relacionadas con los eclipses, como la que afirma que existe una correlación entre los eclipses y las malformaciones fetales. Y es que aunque en la actualidad sabemos que los eclipses son fenómenos completamente naturales, totalmente previsibles y que, evidentemente, no anuncian ninguna desgracia, muchas de estas ancestrales creencias aún perduran en muchos lugares.
Fuente: bit.ly/3PPoGek
"Espero que todos disfruten enormemente este fenómeno y lo perciban no como algo que causará tragedias, sino como algo que traerá equilibrio."
Proveniente del Estado de México, Bryan Dálvez es un productor y diseñador visual. Su actual proyecto musical como El Irreal Veintiuno lo ha llevado a consolidar un estilo provocador dentro de la música club; hibridando, reivindicado y evolucionado ritmos periféricos desde una visión perspicaz y eufórica.